miércoles, 30 de junio de 2010

¡Quiérete!


Tras horas y horas intimidado con mufffies, cookies y chocolate, me dispuse a realizar uno de mis agradables paseos matutinos, con la esperanza de desprenderme de uno de esos odioso quilos de más que nos delatan ante el espejo. Anduve unos dos quilómetros observando escaparates donde prendas tentadoras: bolsos aterciopelados, vestidos glamurosos, bikinis extremados, zapatos de tacón descomunal; sutilmente vociferaban “cómprame, cómprame”. A lo “Alicia in wonderland” me pudo la tentación; no me cansaba de probarme modelitos, en función de cómo me sentía con ellos se engrandecía o se empequeñecía mi ser. Desilusionada por no poder saciar mi sed de caprichos -debía conformarme tan sólo con ser propietaria de aquellas joyas por minutos- decidí entretenerme observando la decoración y la distribución de las tiendas. Flores, rayas y colores pastel reinaban en aquellos ostentosos lugares; pasear por la gran avenue hacía que una retrocediera en el tiempo. Cansada de conocer nuevas tendencias, rodeada de modelitos veraniegos, decidí volver a casa dado que la señorita báscula esperaba ansiosa nuevas noticias. En ese momento me percate de la presencia de un nuevo local “Quiérete”, quede perpleja ante tal mandato dado que ser trataba de una tienda de cosmética, de esos lugares donde se venden cremas reductoras, antienvejecimiento, anticelulíticas, se realizan masajes, depilaciones... ¿Se trataba de publicidad subliminal? O tal vez había una pequeña errata “pronominal” en el cartel, debería denominarse “Quiérelos” o “Formas parte del rebaño” o simplemente “convencionalismo social, aquí dentro”. Probablemente hubo una confusión, en un principio tenían la intención de abrir una pastelería o algo por el estilo, en ese caso era comprensible el letrero “Quiérete” experimenta el placer de degustar un delicioso pastel de frutas con virutas de chocolate, croissants recubiertos de cremoso chocolate blanco, donuts de azúcar glass, etc; un banco de calorías vamos.

He aquí los efectos de la crisis, no permiten renovar el cartel a unos humildes tenderos. Rubens se removería en su tumba si conociera la situación, con lo bellas que eran Sus Gracias. Bueno os dejo que tengo hora con la esthéticienne , temo que mi pareja me deje o mis amigas me excluyan por tener vello en las piernas…